Varios fueron los temas económicos y financieros que cobraron relevancia este año. Los aportes teóricos reforzaron el contenido analítico de los materiales como el presentado para comprender los distintos períodos de la economía paraguaya denominado: Ciclos y etapas históricas de la economía paraguaya. En esta entrega se planteaba que la economía local pasó por varias y diversas situaciones a lo largo del tiempo. La economía nacional se benefició de épocas de precios altos de commodities agrícolas, pero también experimentó los efectos negativos de shocks regionales y mundiales en distintos periodos.

La economía paraguaya resultó favorecida de épocas de precios elevados de commodities agrícolas, pero igualmente experimentó los efectos negativos de los diferentes shocks regionales y mundiales en distintos periodos. El solo detalle de la fragilidad y precariedad monetaria durante los últimos 250 años, cuando se aceptaban signos monetarios de distintos países, es un indicador sensible de la situación de dificultad económica.

La situación internacional también tuvo su espacio de análisis a lo largo de este 2019. Ello, considerando la apertura económica de Paraguay y los riesgos que las condiciones adversas representaron para el país.

Algunos de esos temas fueron las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos (EE.UU). En tal sentido, en la entrega sobre Distorsiones en el mercado internacional y su impacto en el sector productivo se exponía un estudio publicado por XP Securities en el cual se estimó que una prolongada guerra comercial podría llevar a una recesión en Estados Unidos en 2020 y arrastraría a México a una tasa de crecimiento negativa de 2% el próximo año. Si EE.UU. y China continúan aumentando sus sanciones comerciales, China podría ponerle más restricciones a las corporaciones estadounidenses que operan en ese país. Eso produciría una caída significativa de la bolsa de EE.UU. y de las bolsas mundiales. Como consecuencia, los países latinoamericanos se verían también perjudicados, ya que, ante la incertidumbre, la gente busca seguridad refugiándose en la divisa americana. Esta situación debilitaría aún más a las monedas latinoamericanas, obligando a los países a subir sus tasas de interés y restringiendo su crecimiento económico.

La situación política y económica de Argentina también fue analizada en varias entregas del suplemento económico. Dada la estrecha vinculación comercial de ese país con Paraguay, antes de las elecciones finales en Argentina, pero con la victoria ya asegurada de Alberto Fernández, se analizaba el impacto del nuevo Gobierno.

En aquella edición denominada: Crisis al ritmo del tango: ¿Qué recuerdan los mercados de la historia reciente de Argentina? se mencionaba que, hasta cierto punto se espera que el Gobierno de Alberto Fernández sea relativamente autónomo, más allá de que haya sido Cristina Fernández quien dio origen a su candidatura.

En cuanto a las implicancias para el Paraguay, se recordaba que unas modificaciones en la relación entre el dólar, el peso y el guaraní, son capaces de movilizar flujos considerables de bienes e incluso de capitales, entre la población de ambos países. Ante esto, se planteaba una serie de medidas. Desde el área monetaria: el Banco Central del Paraguay (BCP) debería garantizar la liquidez (circulante) que requiere la economía para su funcionamiento. Así también, desde la perspectiva fiscal, el gobierno debería acelerar las inversiones, lo cual pasa por facilitar y agilizar el proceso de adjudicaciones.

Las condiciones internas poco favorables se sumaron a los factores externos ya desatados a lo largo del año. Durante los primeros meses de 2019, Paraguay ya comenzaba a vislumbrar los primeros síntomas de la ralentización económica. En tal sentido, había sido abordada la agenda económica pública: un problema en el manejo de las expectativas que debe ser resuelto. En esta edición se mencionaba que los innumerables puntos contenidos en el diseño de la agenda económica del Gobierno habían quedado en cierta manera rezagados, dando señales de incertidumbre a los agentes económicos. Se abogaba a revisar y comenzar a impulsar algunas estrategias que permitieran dinamizar la economía, alertando que Paraguay debía hacer frente a situaciones coyunturales tanto internas como externas y que durante los primeros meses ya se estaba mostrando con los primeros efectos de la baja en el sector productivo agrícola del país.

Solo un mes después (en marzo) se abordaba los Desafíos de la economía paraguaya en la coyuntura actual, es decir, de desaceleración. En esta edición se mencionaba que el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales y la caída de precios de las materias primas generaron las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Además, contribuyeron a que el crecimiento se desacelerara en la región. Aunado a una política monetaria contraída en algunas economías, a fin de contener las presiones inflacionarias relacionadas en parte con la depreciación de la moneda.

En medio de estas condiciones poco favorables, Paraguay experimentaba un proceso de desaceleración, esto es, un menor ritmo de crecimiento.

La retracción del agro por cuestiones climáticas también formó parte de los factores incidentes en la ralentización de la economía paraguaya. De hecho, algunos datos referían que la caída en la producción sería de alrededor de 1 millón de toneladas y otros operadores señalaban que podía llegar a 2 millones de toneladas de soja, lo que representaba alrededor de US$ 660 millones.

Debido al peso del sector en la composición del PIB, el débil desempeño de la cosecha, se adelantaba, impactaría en un menor crecimiento económico de alrededor de 1% o levemente por encima.

Con el objetivo de mitigar la ralentización económica de Paraguay, el Gobierno lanza un plan de reactivación económica. Esto fue analizado en el escenario económico adverso: urgencia y viabilidad de planes de estímulos. En este material se exponía que los signos de desaceleración económica se venían reportando desde el año pasado. Por ello, en junio, el Gobierno anunció el paquete de estímulo fiscal. El plan de reactivación económica contemplaba una inyección de recursos de alrededor de US$ 1.500 millones para el financiamiento de proyectos de infraestructura, asistencia social y económica. Específicamente se destinarán US$ 1.175 millones para obras públicas, US$ 114,5 millones en concepto de asistencia social y US$ 254 millones para apoyo a la producción, el comercio y el empleo. De acuerdo a las autoridades, con este plan se crearían alrededor de 50.000 empleos y se beneficiará a 157.000 familias.

En octubre pasado, cifras del BCP ratificaron lo que ya había adelantado el Indicador Mensual de la Actividad Económica del Paraguay el mes pasado, que la economía del país se encontraba en recesión técnica, luego que el Producto Interno Bruto (PIB) cayera durante el primer y segundo trimestres de 2019, 2,1% y 3,0%, respectivamente. Este tema fue descripto y analizado en la edición sobre el Debilitamiento económico mundial y escenario recesivo en Paraguay.

En el material se precisaba que para el primer semestre del año, el descenso interanual del PIB se ubicó en 2,5%. Un resultado que no se observaba desde 2012, cuando el PIB cerró el año con una reducción de 0,5%. La recesión económica de 2012 estuvo explicada, en mayor medida, por una fuerte sequía que afectó negativamente la campaña agrícola 2011/2012, principalmente, para los cultivos de soja; maíz y girasol. Además, a finales de 2011, hubo un brote de fiebre aftosa que generó el cierre de los mercados mundiales para la carne paraguaya. Así, durante el primer semestre de 2012, se redujo considerablemente el nivel de faenamiento. No obstante, para el segundo semestre se revirtió la situación y se retomaron las exportaciones de carne.

Contrariamente, en la recesión económica de este año se evidenció un desempeño desfavorable en numerosas actividades productivas. En efecto, para el primer semestre de 2019, se observó una disminución en electricidad y agua (12,0%); agricultura (11,6%); construcción (7,7%); ganadería, forestal, pesca y minería (5,7%) y manufactura (3,9%). Solo el rubro de comercio y servicios registró un incremento (2,4%), motorizado por el sector servicios que amortiguó las caídas registradas en la actividad comercial y de transporte.

Otros temas de gran importancia en materia económica abordados durante este 2019 fueron los proyectos de leyes de Reforma Tributaria y el Presupuesto General 2020.

En cuanto a la modificación de la estructura impositiva en Paraguay, en la edición Proyecto de Reforma Tributaria: análisis ante un eventual cambio del sistema impositivo paraguayo, se planteaba que más allá de la creación de nuevos tributos o la suba de las tasas impositivas, resultaba necesaria la modernización de la agencia recaudadora. La misma se debe dar por la dotación de tecnología y capital humano especializado, de manera a avanzar hacia una recaudación eficiente y, por ende, la disminución de la evasión fiscal.

También se esbozada tanto en la simplificación de las leyes impositivas como en los procesos de pago de impuestos, de forma de que todos estos elementos contribuyan a incrementar la recaudación fiscal.

La ley económica más importante de la Nación, es el Presupuesto General, normativa descripta y analizada en una de las entregas denominada: Descripción, composición, y proceso presupuestario. En el mencionado material se remarcaba las deficiencias del esquema. La experiencia comparada demuestra que Paraguay es el único país de América Latina que otorga al Congreso Nacional la facultad de aumentar la estimación de los ingresos presupuestarios de manera ilimitada. Con instituciones excesivamente vulnerables a los intereses de los “rent-seekers” (buscadores de renta), los congresistas tienen mayores incentivos de obtener beneficios personales o sectoriales a cambios de apoyos en la discusión presupuestaria o en la legislación pertinente. Se abogaba por la adopción de un marco de gasto a mediano plazo, que tenga en cuenta los efectos plurianuales de las nuevas políticas y establezca topes de gasto plurianuales. Al mismo tiempo, de fortalecer los mecanismos para ahorrar parte de los ingresos extraordinarios relacionados con recursos naturales o materias primas.

El 2019 estuvo marcado por intenciones de importantes acuerdos comerciales. En la edición sobre China y/o Taiwán: Paraguay ante el desafío de encontrar el equilibrio comercial y expandir su mercado se abordaron las oportunidades del país.

En aquella entrega se remarcaba que Paraguay tiene para ofrecer al mundo productos que están en condiciones de competir, incluso con los mejores, pero necesita seguir perfeccionándose. Por consiguiente, las relaciones comerciales que el país estreche o lo haga en el futuro, no deberían estar sujetas a condicionamientos políticos, sino basados en la consigna de la inserción del país en el mundo con todos los beneficios financieros, económicos y sociales que ello implique.

Y así como el mundo ha venido experimentando una profunda transformación, la fuerza laboral está obligada a acompañar el cambio. En tal sentido, en la edición sobre ¿De qué se trata la cuarta revolución?, el análisis se centró en que la tecnología está revolucionando la forma en que se producen bienes y servicios, y la automatización de la producción manufacturera y los nuevos patrones del comercio internacional están volviendo menos atractivos a los países que ofrecen mano de obra barata y poco calificada, que es el caso de la mayor parte de los países de América Latina (Banco Interamericano de Desarrollo – BID). Mientras que, la creatividad, la capacidad para resolver problemas, la alfabetización digital y las competencias de liderazgo serán competencias necesarias en el mercado de trabajo.

Los organismos internacionales destacan que la inversión en educación y capacitación laboral debería ser una prioridad nacional en el contexto de la cuarta revolución industrial. Más aún en Paraguay, donde el componente de educación del Índice de Capital Humano del Banco Mundial muestra el peor resultado de América del Sur, después de Guyana, con 11,5 años de escolaridad, los cuales al ajustarlos en función de lo que aprenden los niños en la actualidad, sitúa el indicador en sólo 7,1 años.

Tras el recorrido de los principales temas abordados durante este 2019 se podría concluir que el 2020 se presenta con importantes desafíos. Aunque la perspectiva económica para el Paraguay es auspiciosa, la misma está basada principalmente en la recuperación de la agricultura. Tal como lo señala el Fondo Monetario Internacional, organismo que prevé un crecimiento del país en torno al 4%. Por tanto, es urgente diseñar políticas económicas, financieras y sociales que ayuden a romper la alta dependencia que tiene la economía con el sector primario y comience a sustentarse en otros sectores económicos. Donde, como se mencionaba anteriormente, la inversión en capital humano será la clave del éxito.